HACERSE CATOLICO: OICA
Convertirse al catolicismo es una de las experiencias más profundas y gozosas de la vida. Algunos tienen la dicha de recibir este gran regalo desde la infancia, reconociendo con el tiempo la inmensa gracia que se les ha concedido. Otros ingresan a la fe católica en la niñez o la adultez. Examinemos el gozoso proceso por el cual uno se convierte al catolicismo.
Una persona entra en plena comunión con la Iglesia Católica mediante la recepción de los tres sacramentos de iniciación cristiana —el Bautismo, la Confirmación y la Sagrada Eucaristía—, pero el proceso por el cual uno se convierte en católico puede adoptar diferentes formas.
Una persona no bautizada se unirá al Orden de Iniciación Cristiana para Adultos (OICA), emprendiendo un largo y fructífero camino hacia la recepción de los sacramentos y su incorporación a la Iglesia Católica.
Una persona bautizada en la Iglesia Católica debe recibir los otros dos sacramentos de iniciación: la Confirmación y la Eucaristía. Esto aplica tanto a los niños bautizados católicos (que reciben los otros dos sacramentos posteriormente) como a los adultos bautizados, confirmados y que reciben la Eucaristía simultáneamente.
Quienes han sido bautizados válidamente fuera de la Iglesia se convierten en católicos al profesar la fe católica y ser recibidos formalmente en la Iglesia. Normalmente, esto va seguido inmediatamente de la Confirmación y la Eucaristía.
Antes de que una persona esté lista para ser recibida en la Iglesia, ya sea por el Bautismo o por la profesión de fe, es necesaria una preparación. La cantidad y la forma de esta preparación dependen de las circunstancias de cada persona. La distinción más básica en cuanto al tipo de preparación necesaria se da entre quienes no están bautizados y quienes ya se han convertido al cristianismo mediante el Bautismo en otra iglesia.
Si tiene más preguntas, comuníquese con el Padre Blaise a través de la dirección de correo electrónico parochialvicar@htcatholic.org.