«Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, así también el que me come vivirá por mí.»
JUAN 6:55-57
La Santa Eucaristía es la fuente y cima de nuestra fe católica.
El rito de la Sagrada Comunión celebra el paso final hacia la plena iniciación en la Iglesia.
En el Bautismo de su hijo/a, a ustedes, los padres, se les dijo que serían los primeros y mejores maestros de sus hijos en el camino de la fe. La participación de los padres en la preparación de su hijo/a para la Primera Comunión es fundamental. La parroquia brinda apoyo, pero no reemplaza su papel en el proceso de guiar a sus hijos en el desarrollo de su fe, a través del ejemplo de su propia vida. La mejor preparación para la Eucaristía es llevar a su hijo/a a Misa con regularidad y ayudarle a comprender su significado.
REQUISITOS
La Primera Comunión se suele celebrar alrededor de los siete u ocho años, cuando los niños tienen edad suficiente para comprender y participar en la vida sacramental de la Iglesia Católica. Para la Primera Comunión, es necesario recibir el sacramento de la Reconciliación antes de comulgar. La Eucaristía es un don que requiere toda una vida para comprender; es un don que exige nuestra respuesta, por eso debemos asegurarnos de que nuestros hijos estén bien preparados.
La Primera Comunión se administra normalmente en la misma Misa que la Confirmación, como culminación de la iniciación cristiana.